Tunéame
Preparacion:
A primera vista diríamos que es un Mazda RX7, pero al haber sido producido para el mercado japonés a principios de los 90, se vendió bajo la marca Efini, una de las tantas sub-marcas utilizadas por Mazda en esa época para diferenciar sus vehículos en su versión japonesa, cosas relacionadas con estrategias comerciales, al igual que el MX5 o Miata japonés se vendía bajo la marca Eunos. En el caso de esta unidad, se trata de un Efini RX7 del año 1992 y mantiene su color amarillo original “Competition Yellow Mica” que es el color del que menos RX7 se produjeron. La carrocería está de fábrica exceptuando el alerón Mazdaspeed, ligeramente mayor que el original. Equipado con un motor Wankel de dos rotores, dos turbos y originalmente 260cv con una cilindrada de 1300cc. Originalmente los turbos actúan secuencialmente como casi todos los twinturbo japoneses de esos años, uno entra en bajas rpm, y el otro lo acompaña en altas, pero esta unidad está modificada para que actúen en paralelo, a la vez, como si fuera un único turbo grande. Además monta admisión HKS, turbos HKS, short shifter, intercooler frontal sobredimensionado, escape Blitz NUR Spec, y tiene repasados y agrandados los puertos de admisión de la forma en que los entendidos de rotativos llaman “street port”, acompañado de electrónica. El pomo de la palanca de cambios tiene un sentido, y es que representa muchísimo las sensaciones que aporta el coche hasta cuando lo llevas paseando. Está pendiente de cambiar llantas para montar unas Desmond Regamaster EVO II color blanco que llegaron esta semana, vestidas por unas Toyo Proxes R888R en doble medida.
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